Me lo he dicho tantas veces: Bárbara, tienes que escribir. Es importante que compartas lo que has aprendido, lo que vas aprendiendo. Aunque puede ser que no tengas toda la verdad. En realidad… nadie la tiene.
El dar, ya sea dinero, tiempo, sabiduría, amor, talentos…. está diseñado para ser compartido en la medida en que lo recibimos.
Por mucho tiempo pensé que para compartir mi dinero (diezmo o simplemente el ser generosa) debía esperar a tener mucho, a que mi copa estuviera rebosando, y entonces sería el momento de dar.
Igual que la sabiduría: debía esperar a que mi mensaje fuera perfecto, infalible, absolutamente cierto para poderlo compartir.
Y ahora que lo pienso, mantuve enterrados muchos de mis talentos… por miedo a quedar en ridículo, a no ser lo suficientemente buena, a “meter la pata”.
Pero ahora he entendido que la única manera de multiplicar lo que tenemos - ya sea dinero, tiempo, sabiduría, talentos - es compartiéndolos.
Porque lo que no fluye hacia afuera, no puede fluir hacia adentro.
Porque la energía que atrapamos, nos bloquea a nosotras mismas. E impide que se desarrolle, que crezca, que toque vidas, que sea de bendición a otros. Y entonces tampoco es de bendición a nosotras mismas.
Uf! Verdaderamente la vida es un ejercicio en fe.
Porque el retener es prueba irrefutable de que no confiamos en la vida…es querer controlar todo antes de actuar.
Porque el retener es ponerle un “stop” a esa área de nuestras vidas y en vez de convertirnos en río, nos convertimos en pantano.
Y la voluntad de Dios definitivamente es que seamos un río. Por eso dijo Jesús: “de tu interior correrán ríos de aguas vivas.”
¿En qué área de tu vida estás estancada? ¿Qué estás reteniendo por temor al rechazo, al ridículo, a la crítica, o a la escasez?
Hay personas que están reteniendo amor y amistad por temor a no ser correspondidas. El resultado es que están solas.
Hay personas que están reteniendo su conocimientos o sus talentos por temor a ser criticadas. El resultado es que permanecen mediocres en sus habilidades.
Hay personas que están reteniendo su dinero por temor a quedarse sin él. El resultado es que no reciben todo lo que pudieran.
Te invito, al igual que a mí misma, ¡a empezar a fluir…!
Atrevámonos a dar… a confiar en que la vida es un río y si queremos formar parte de su abundancia, no nos queda otro camino que lanzarnos al agua, zambullirnos completamente, y confiar en que recibiremos inclusive más de lo que daremos.
Porque es una ley de la vida de que todo lo que damos, recibimos; ¡inclusive en la misma medida!
Por eso, no tengamos miedo de dar.
Es cierto: el primer paso será duro. Consistirá en dar, sin tener la garantía de recibir; en desprendernos arriesgando nuestra imagen, nuestra seguridad, nuestra comodidad, nuestro dinero, nuestro amor… sin estar segura de lo que recibiremos. Por eso se llama fe.
Y es totalmente cierto que no siempre recibiremos algo bueno. No importa.
Como dijo Madre Teresa de Calcuta:
“A menudo la gente es irrazonable, ilógica y egocéntrica. Perdónalos de todas formas.
Si eres amable, la gente puede acusarte de egoísta o tener segundas intenciones. Sé amable de todas formas.
Si eres exitoso, ganarás algunos falsos amigos y algunos verdaderos enemigos. Ten éxito de todas formas.
Si eres honesto y franco, la gente puede engañarte. Sé honesto y franco de todas formas.
Lo que tardas años en construir, alguien puede destruir en un instante. Construye de todas formas.
Si encuentras serenidad y felicidad, pueden tener celos de ti. Se feliz de todas formas.
El bien que haces hoy, la gente posiblemente lo olvidará mañana. Haz el bien de todas formas.
Da lo mejor que tengas, y quizás no será suficiente. Da lo mejor de todas formas".
Fluyamos como un río hoy y por siempre. ¡A pesar de las rocas, las cascadas y las corrientes!
Y la abundancia del universo se hará una realidad concreta, sólida y maravillosa en nuestras vidas.
Y tú, ¿qué opinas?