Los pensamientos limitantes son como telarañas que impiden a tus neuronas poder comunicarse de forma lógica.
Podrías pasarte toda una vida yendo en círculos. Frente a un reto, racionalmente puedes pensar: “lo voy a lograr. Sí, es lo mío. Es lo que me gusta. Tengo todo para lograrlo. Estoy más que lista.”
Pero luego chocas con la telaraña: “No. Me puede ir mal. Podría hacer el ridículo. Va a ser muy costoso. De seguro será dificilísimo. No soy capaz. Soy una estúpida... Quedaré en vergüenza.”
La telaraña siempre gana. Porque se ha formado desde que eras una niña y existe en un nivel que no es lógico: en el subconsciente. Parece tan sólida como si estuviera hecha de cemento.
Pero solo “parece”.
La realidad es que es solo una tela de araña. Eso significa que con un toque se desvanece.
¿Qué son esas telas de araña? Son mentiras que hemos creído desde la niñez. Y esas mentiras - completamente irracionales - controlan efectivamente nuestras vidas.
Pauline, una clienta, se dio cuenta de que una de sus telas de araña se formó cuando ella tenía 4 años. Estaba en un mercado de calle mirando los conejos en venta cuando su mamá se cansó de decirle que viniera, que ya se tenían que ir. Como ella no reaccionaba, la mamá pretendió abandonarla.
Al darse cuenta de que estaba “abandonada”, Pauline sintió un pánico terrible. En sus propias palabras, “mi corazón empezó a latir a 200km por hora. Sentí que era el fin, que me estaban estrangulando la garganta, que no había nadie ahí para ayudarme”.
Y peor aún, “sentí que me podía morir y a nadie le importaría un carajo”.
Hoy en día, Pauline tiene 58 años. Y ¿qué pasa cuando una persona que ella quiere - un hombre - se comporta de forma independiente? Ella inmediatamente siente que el hombre la va a “abandonar”. Cada célula de su cuerpo recrea exactamente la misma sensación que sintió a los 4 años, el mismo pánico: su corazón empieza a latir a 200km por hora y siente que va a morir y a nadie le importa un carajo.
¿Cuál es el resultado de revivir esa experiencia?
Es más que lógico: ella va a hacer todo lo posible porque el hombre no la abandone: rebajarse, aceptar injusticias, ignorar faltas de respeto, mendigar amor.
Cualquier cosa es mejor que ser abandonada. El trauma de ese abandono fue demasiado grande y ella hará todo lo posible por no revivirlo.
Y ¿cómo desvanecemos esa tela de araña?
Para eso sirve el PNL, o Programación Neuro-Lingüística. Con esta técnica, una persona te guía a visitar ese momento traumático de tu vida y analizar la veracidad de los pensamientos que lo acompañaron. Al descubrir que tus conclusiones sobre ese momento, era mentira, los desvaneces.
En el caso de Pauline, juntas analizamos esos pensamientos y ella trajo a su conciencia la falsedad de ellos: por supuesto que era mentira que “era el fin”, que “no había nadie ahí para ayudarla”, y que “se podía morir y a nadie le importaría un carajo”.
La verdad es que cualquiera hubiera podido ayudarla. La verdad es que no era el fin de nada. La verdad es que no se iba a morir y muchas personas la amaban profundamente, incluyendo su madre. La verdad es que la madre nunca la abandonaría.
La verdad es que no había necesidad de entrar en pánico. Lo necesario era permanecer en calma y simplemente buscar ayuda.
Cuando ella tomó consciencia de la verdad, enviamos esta nueva información y estas nuevas emociones a su sistema nervioso. En este momento, la tela de araña se desvaneció instantáneamente.
La Biblia lo dijo hace muchos años así: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libre”.
La próxima vez que estuvo enfrentada a la posibilidad de abandono, ya no era un detonante emocional para ella. Su subconsciente le susurró esta vez: “No es lo que piensas. Estás a salvo.”
Te animo a que busques ayuda y descubras por ti misma que tus telarañas ¡no son de cemento!
Ya es hora de que hagas una limpieza a fondo de tu subconsciente.
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Es mi privilegio y pasión ayudarte a ser libre.